Todo sobre la máscara

«Viaje a Sils Maria». Olivier Assayas, 2014

Al comentar este nuevo largometraje del ya veterano cineasta francés Olivier Assayas, titulado entre nosotros Viaje a Sils Maria, cuando su título original era simplemente Sils Maria, y el internacional Clouds of Sils Maria, en referencia a las nubes que invaden con frecuencia los valles suizos donde tiene lugar la acción, es casi imposible no referirse al clásico de Joseph L. Mankiewicz Eva al desnudo (originalmente All About Eve: Todo sobre Eva, 1950) y de forma más elíptica al también clásico de Ingmar Bergman Persona (1966), término que como es sabido tiene antecedentes etimológicos relacionados con la máscara que cubría el rostro del intérprete en el teatro antiguo.

Porque de lo que nos habla la película es, ante todo, del contacto que mantienen la actriz ya madura Maria Enders (Juliette Binoche) y su joven ayudante Valentine (Kristen Stewart), intensificada cuando a la primera le proponen que vuelva a representar la obra que la lanzó a la fama con dieciocho años, titulada La serpiente de Maloja –nueva alusión a las formaciones nubosas que se deslizan entre los montes en ese rincón de los Alpes­–, cuyo autor acaba de morir en extrañas circunstancias. Pero Maria debe interpretar ahora a Elena, la mujer mayor de la pieza en cuestión, en vez de a Sigrid, la casi adolescente que la enamoraba empujándola a un posible suicidio. 

Esa encrucijada, que suscita innumerables reflexiones sobre el hecho de envejecer, pero también sobre la íntima relación existente en una misma persona entre quien fue ayer y quien intenta seguir adelante hoy, se materializa en una relación entre Maria y Valentine que recuerda insistentemente a la establecida en el filme de Mankiewicz entre la actriz mayor Margo Channing (Bette Davis) –incapaz de asumir el paso de la edad, y con él el de la popularidad– y la joven Eva Harrington (Anne Baxter), dispuesta a servirla fielmente… hasta que llegara el momento de ocupar su lugar.

Al mismo tiempo, hay en esa pareja ecos de la que componían la también intérprete teatral Elisabet Vogler (Liv Ullmann) y Alma (Bibi Andersson), enfermera encargada de su cuidado en un remoto paraje sueco, que intentaba sacarla del mutismo absoluto en que había caído cuando representaba Electra en un escenario, y que acabaría, dentro del hermético universo existencial bergmaniano, en una especie de superposición o fusión entre ambas.

La cuestión ahora estriba en que a la película de Olivier Assayas le falta buena parte de la densidad que caracteriza a los dos antecedentes citados –muy distintos entre sí, pero poseedores de guiones de extraordinario rigor–, y en que el cineasta galo trata de suplir esa carencia con un exceso de verborrea, justificada en parte porque Maria Enders ensaya una y otra vez con su ayudante el texto que se supone va a interpretar, mezclado con disertaciones de dudosa profundidad, y a la vez con el uso y abuso de recursos tan vulgares como la inserción reiterada de bellos paisajes alpinos o de fundidos en negro para cerrar secuencias sin salida y la frecuencia con la que el personaje central bebe más de la cuenta para justificar su facundia y unas risas que resultan molestas e inexpresivas.

Junto a todo ello, la aparición de un tercer personaje femenino, la jovencísima Jo-Ann Ellis (Chloë Grace Moretz), como la actriz principiante pero ya famosa gracias a la prensa sensacionalista que encarnará a Sigrid en el nuevo montaje de la obra parece dar entrada a otras dimensiones del asunto central, pero en realidad se pierde en subtramas de escaso sentido y aporta muy poco al conjunto, aparte de dar lugar a secuencias tan poco afortunadas como la de la parodia de una superproducción interestelar, que provoca nuevas disquisiciones entre Maria y Valentine pero tampoco añade mucho a lo ya planteado.

Todo parece indicar que Olivier Assayas, guionista en solitario y director de Viaje a Sils Maria, ha querido abarcar demasiado, formulando unos problemas de indudable interés y no poca densidad, pero se ha perdido por el camino, víctima quizá de la tendencia a una forma de pedantería intelectual de la que ya había dado muestras en su filmografía anterior. Mankiewicz, Bergman y los temas eternos del doble, del paso del tiempo y de las relaciones entre realidad y representación tendrán que seguir esperando que alguien los actualice con más eficacia y menos pretensiones.

 

 

FICHA TÉCNICA

Título original: «Clouds of Sils Maria». Dirección y Guion: Olivier Assayas. Fotografía: Yorick le Saux, en color. Montaje: Marion Monnier. Música: G.F. Haendel. Intérpretes: Juliette Binoche (Maria Enders), Kristen Stewart (Valentine), Chloë Grace Moretz (Jo-Ann Ellis), Lars Eidinger (Klaus Diesterweg), Johnny Flynn (Christopher Giles), Angela Winkler (Rosa Melchior), Hans Zischler (Henryk Wald), Brady Corbet (Piers Roaldson). Producción: GC Cinéma, Pallas Film, CAB Productions, Vortex Sutra (Francia, Suiza y Alemania, 2014). Duración: 124 minutos.

 

Más información en programadoble.com, el blog de Juan Antonio Pérez Millán.

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