A María Dolores la sorprendió la pregunta, blanda en su fondo y en su forma, de un contertulio. Compartía ella la campaña de acusaciones contra TVE por manipulación. Esa fue la pregunta. Y ella fue a más en la respuesta, para no disentir de sus huestes más radicales. Luego fue a menos: en todo caso, la campaña no era agresiva ni furibunda. La presentadora salió en defensa de sus compañeros y del rumbo de la televisión pública estatal en los últimos años (siempre ha sido beligerante en esa batalla) y la dirigente popular se ratificó en sus afirmaciones.
La argumentación se quebró tras otra pregunta, en esta ocasión de una contertulia: “¿No le sorprende que los medios no nos hagamos eco de las críticas del PP a TVE por manipulación informativa?”. Preguntaba una periodista de La Razón.
La casualidad ha querido que un grupo de alumnos de la Universidad Carlos III me invite a participar en una mesa redonda para debatir sobre la manipulación o tergiversación de la información en los medios públicos.
¡Qué oportunidad tan estupenda para no quedarme con pelos en la lengua!
