El nieto del Rey se da un tiro en el pie.
– Quizás sea lo menos que puede hacer…
– ¡Hombre!
– Su familia nos da a muchos de nosotros patadas en los huevos…
No podía utilizar legalmente un arma ni siquiera en compañía de su padre.
– ¿Y cómo aprende, entonces, a defenderse de su padre?
– ¡Hombre!
– De su padre, de su tío y de la demás familia.
Dijeron que era una escopeta de aire comprimido, pero resultó ser arma de fuego.
– No se darían cuenta…
– ¡Hombre!
– Es que los chicos, aunque tan nobles, son traviesos
Al nieto del Rey le trasladan con urgencia del hospital de Soria a una clínica privada y exclusiva de Madrid.
– No tenían otra…
– ¡Hombre!
– Para que no les apliquen el copago…
Los medios de comunicación ejercen la mesura habitual: se trata una familia ejemplar, ejemplo y estímulo para todos los ciudadanos.
– Les han recortado el presupuesto en un increíble dos por ciento y ahora tienen que hacer las prácticas de tiro a escondidas.
– ¡Hombre!
– La Casa Real no puede abdicar de sus obligaciones ni de sus bribonadas.
– ¿No se dice borbonadas?
– Cada vez más.
