Contradicciones, ocurrencias, descordinación…
Parecía que el Gobierno de Zapatero tenía una marca difícil de batir. Al de Rajoy le han bastado cien días para dejar a su predecesor en mantillas. Debe ser la puta herencia, que obliga a ir a tope.
– – –
Te pido perdón. Por ahí habría que empezar casi siempre. En este caso, el del actual Gobierno, resulta imprescindible.
Que empiece por ahí y ya veremos.
