
Agrada leer en un mismo periódico (El País) y en el mismo día (5/09/2021) dos artículos tan contradictorios como Famosos imbéciles morales y Para qué sirve tu ira, de Javier Marías y Elvira Lindo respectivamente.
Cuando solo había leído el primero, crucé algunos mensajes con un amigo:
- Marías ha vuelto en forma, hoy no tendrás más remedio que echar una sonrisa con él. Manque te pese.
- Me entretiene el desahogo, pero no me convence la furia. ¿Quién queda que no sea imbécil? Además, de él, juez sin atenuantes. ¿QuIén le queda? ¿El emérito? Estaremos atentos a la próxima semana…
- Hombre, queda mucha gente, la mayoría, creo yo. La gente que tratamos no es imbécil….
- Ni muchos de los que habla… Son otra cosa que merece la pena analizar y debatir. Descalificar entretiene, pero no conduce demasiado lejos. Solo a la bronca sin matices. No hay que exagerar. Es un desahogo. Si a él le sirve… A mí me entretiene, pero me ayuda poco a entender lo que pasa.
Leído el segundo de los artículos termina la discusión.
