
Hoy era el día. Se resume más o menos así:
El Banco Central Europeo lo pone como condición esa acción que no se nombra. Angela Merkel dora la píldora a su anfitrión en la Moncloa para que el reclamo cuele despacito en el cuerpo ajeno y para esgrimir el argumento como coartada en justificación propia. Rajoy presume de su actitud obediente con los de fuera y mentirosa con los de dentro.
El rescate, no hay manera de negarlo, ni siquiera de camuflarlo, ya tiene medio cuerpo fuera. La preñez llegó a término. ¡Felicidades!
Con la que está cayendo, ¿por qué ese pavor incluso a nombrarlo?
Implica pérdida de soberanía. Pero… ¿eso qué era?, ¿cuánto tiempo hace que la dejamos en manos de los mercados o los poderosos?, ¿en qué régimen de sumisión hemos vivido los dos últimos años? O sea, ¿de qué nos hablan?, ¿qué nos cuentan?, ¿qué esconden?, ¿por qué disimulan?
Consagra el ridículo del país España. ¿Será acaso peor que tener los representantes mayoritariamente elegidos?, ¿que deambular por la situación económica, social, laboral, cultural… en la que nos obligan a arrastrarnos?
Agrava los recortes por venir, atrae a los hombres de negro, anuncia el despojo final, con sus sucias manos en nuestras entretelas. ¿Dónde está la diferencia con lo que vivimos? Cabe pensar que en una violación nadie aprecia si el agresor lleva corbata.
Convendría no excederse en la demagogia. Reconozcamos. Que tenemos un problema. Que hubo y hay muchas cosas que no hicimos bien. Y que en este mundo que hemos alentado ni todas las personas ni todas las instituciones ni todos los países son iguales. Esa realidad es consecuencia y causa de la imposición y el dominio de unos sobre otros.
¿Tiene arreglo? A los que oprimen no les interesa. Y los que han sido consentidores o cómplices moralmente quizás no estén en condiciones de exigir demasiado. ¿Este país, esta sociedad, puede argüir que no participó en la barbarie e incluso el expolio de los que se encontraban en peores condiciones? Dentro y fuera. ¿Entonces?
Bueno, pero ojalá pudiéramos sacudirnos de golpe la presencia de Merkel, Draghi o Rajoy. ¿Serviría de algo?
