«Perdida». David Fincher, 2014
La crítica vuelve a dividirse drásticamente. En esta ocasión, entre quienes adoran al cineasta de Colorado David Fincher, llegando a compararlo con Alfred Hitchcock, nada menos, y quienes creemos que es un buen narrador, que domina los trucos del oficio y lo mismo acepta trabajos de encargo que busca con picardía temas de moda o espinosos, no se sabe si para jugar con ellos o para transmitir explícita o subrepticiamente mensajes muy discutibles. Si con ocasión de El club de la lucha (Fight Club, 1999), por ejemplo, se habló de un posible sustrato fascistoide latente en su argumento, ahora aborda en Perdida –más ajustadamente, «La chica que se fue»– el no menos polémico tema de la violencia de género en el ámbito doméstico, sin que resulte fácil determinar el sentido exacto de su propuesta.
Formalmente se trata de una película de intriga centrada en la misteriosa desaparición de una joven esposa, Amy Dunne, justamente en el quinto aniversario de su matrimonio con Dick, a quien poco a poco empiezan a considerar todos culpable de su asesinato. El procedimiento dramático consiste en presentar de forma creíble una primera parte donde casi nada es lo que parece; girar de pronto para que la voz over de la desaparecida nos dé una versión completamente distinta de los hechos, e ir encadenando después sucesivas vueltas de tuerca, a cual más forzada, hasta acabar con la paciencia del espectador, llegando a un final ambiguo al cabo de más de dos horas y media de acción más o menos trepidante. Al hilo de lo cual podríamos desear, por cierto, que quien no sea capaz de hacer El padrino (The Godfather, 1972, 1974 y 1990) o Novecento (1976), por ejemplo, se abstenga de superar en sus películas la hora y media de duración o como mucho las dos horas, por favor.
Claro que esa acción está trufada de golpes de efecto y personajes pintorescos, como la agente de policía que investiga el caso y que acaba poco menos que enamorada del sospechoso, o la singular hermana gemela de éste, posesiva, metomentodo y dominante hasta el punto de sugerir, más que una infancia conflictiva, en términos psicoanalíticos, una relación incestuosa, sobre todo a la vista de la inconsistencia emocional del hermano en cuestión, adecuadamente interpretado por Ben Affleck gracias a su permanente cara de pasmo, por no decir de pasmado.
Lo más sobresaliente de Perdida es quizás el acertado retrato que hace del papel y la influencia social de los medios de comunicación de masas, y en especial los de carácter sensacionalista, capaces de modelar a su antojo los estados de opinión de la mayoría, de enaltecer o hundir en la miseria a determinadas figuras, a capricho de sus presentadores, entrevistadores o manipuladores ocultos y decididos a estimular los más bajos instintos de sus espectadores, ante todo para ganar dinero y después, al mismo tiempo o sobre todo, para ejercer un liderazgo social que pone en cuestión los cimientos mismos de una democracia hipotéticamente sana.
Pero más allá de eso, Perdida tiene como tema central el de los malos tratos físicos y psicológicos en el seno de la pareja. Y no parece de recibo, precisamente, que cuando las estadísticas de aquí y de casi todo el mundo –se supone que incluido North Cartaghe, Missouri, donde se localiza la acción del filme– arrojan un predominio apabullante de la violencia del hombre sobre la mujer, y cuando algunos tratan de acusar a ésta de fingir esos malos tratos por motivos inconfesables, la película, basada en la novela de una popular escritora, adopte el rumbo que adopta en su segunda parte. Es cierto que Dick Dunne propinó un intolerable empujón a su esposa y que la engaña con una alumna, pero las consecuencias que de ello extrae el guion parecen a todas luces desmesuradas y tendenciosas. Las películas son hijas de su tiempo y dan testimonio de él, directa o indirectamente, pero también pueden tergiversarlo, como en este caso.
FICHA TÉCNICA
Título original: «Gone Girl». Dirección: David Fincher. Guion: Gillian Flynn, sobre su novela homónima. Fotografía: Jeff Cronenweth, en color. Montaje: Kirk Baxter. Música: Trent Reznor y Atticus Roth. Intérpretes: Ben Affleck (Dick Dunne), Rosamund Pike (Amy Dunne), Neil Patrick Harris (Desi Collings), Tyler Perry (Tanner Bolt), Carrie Coon (Margo Dunne), Kim Dickens (Rhonda Boney), Patrick Fugit (Jim Gilpin), Emily Ratajkowski (Andie). Producción: Artemple-Hollywood, New Regency Pictures, Pacific Standar (Estados Unidos, 2014). Duración: 149 minutos.
