
Va Rajoy a Grecia para apoyar a Samaras y ahuyentar el fantasma de Syriza: “Prometer lo imposible genera frustración”. Ese ha sido su eslogan, su mensaje, su discurso.
Pregunta: Y prometer lo contrario de lo que se va a hacer, ¿qué genera? ¿Un cabreo descomunal? ¿Explica eso cómo está España? ¿Y Grecia?
Rajoy y Samaras no están para esas complejidades. A lo sumo, para aprender algún juego de manos:
– Antonio, si tengo cuatro y te quito tres…
– Ok, Marianis. Eso es lo que se puede hacer.
– Lo demás, populismo, Antonio.
– Mataiotes matoiotetos kai panta mataiotes, Marianis.
Samaras y Rajoy, ¡menudo par! Juntos, agarraditos de la mano, los ojos cerrados, como buenos hermanos cuando se anuncia la llegada del lobo.
Pregunta: ¿Conseguiremos que esta vez el cuento termine con el lobo en la siesta, haciendo la digestión?
