
Las últimas semanas han permitido recoger algunas peripecias (sería demasiado llamarlas historias) que ilustran la realidad del panorama sobre el que nos movemos.
1.
El PP renuncia a incluir en su programa electoral la reforma de la Constitución: le interesa la crispación, le da votos; el interés de los ciudadanos e incluso de la convivencia le importa un higo. Incluso disfruta haciendo campaña de lo que abomina, porque, como ha dicho Ximo Puig (o a pesar de que lo haya dicho él), “el Gobierno es una fábrica de independentistas”.
2.
El que fuera colaborador directo de Rodrigo Rato en el ministerio de Economía y actual titular del departamento, Luis de Guindos, ha dado una explicación a la deriva conocida del exvicepresidente del Gobierno. Tras asegurar que fue un buen ministro, añadió “luego la vida es complicada y se pueden cometer errores”.
¿Complicada, la vida?
¿Así se explica el “luego”?
