
Después de Comité Federal, de las declaraciones de los barones, de las presiones de acá y de allá, definitivamente, el PSOE ambiciona ser el Pasok.
Por una parte sus dirigentes parecen empeñados en esquivar los problemas del país para salvar inciertos intereses.
Por otra sus dirigentes parecen empeñados en una estrategia de descalificaciones recíprocas.
¿Quién quiere destruir a quién?
Tal vez se consigan destruir todos a todos.
Y seguirán pendientes los problemas del país.
Entonces no importará si los supieron diagnosticar, si los pudieron tratar, si los quisieron solucionar.
¡Qué éxito! ¡Aúpa!
