Vaya por Dios. Beatificaban a Juan Pablo II y en los prolegómenos se muere un cardenal. La desgracia la proclaman excepcionalmente sendas esquelas en los principales periódicos nacionales y regionales, suscritas en castellano por la alcaldesa de Valencia y en valenciano por el presidente de la Generalitat y sufragadas, en cualquier caso, por los contribuyentes.
– ¡Como la trama Gurtel!
– Su eminencia fue ascendido a la púrpura del cardenalato por Benedicto XVI, hace tres años, gracias a la exitosa organización del Encuentro Mundial de las Familias.
– Del que alguien, como poco, se llevó de tres kilos de euros, ¿no?
– ¡Qué menos, pues, que un par de esquelas de media página…!
– ¡Claro!
