
El economista turcoamericano Dani Rodick piensa que la izquierda abdicó de sí misma al aceptar que la globalización económica se colocara más allá de las instituciones y, a partir de ese momento, la Unión Europea, dirigida por una especie de gobierno de coalición, ha impedido que los ciudadanos valoren alternativas, a cambio de un cierto equilibrio entre los dos grandes bloques: conservadores y socialdemócratas.
Sin embargo, Rodick es optimista, aún le queda una cierta esperanza. Lo explica Soledad Gallego Díaz: “Para él la ausencia de un programa alternativo para remodelar el capitalismo y la globalización puede corregirse pronto: el vacío intelectual de la izquierda se está llenando, no con el filósofo argentino Ernesto Laclau, sino con quienes defienden reformas radicales en el sector financiero (Anat Admati, la economista israelí, docente en Stanford, que cada vez que habla hace estremecer a los bancos), la innovación en el sector público (Mariana Mazzucatto, la profesora de Sessex, que asesora al laborista Corbyn) o la inversión pública a largo plazo (que apoya ya medio mundo)”.
