A Carlos Llamas, tal vez, se le habría olvidado

Esta mañana han inaugurado en Madrid una glorieta. Se encuentra en Canillejas, entre las calles Mequinenza y Luis Aragonés. Era el barrio de Carlos Llamas, en el que tenía su casa y sus amigos, del que presumía. Y a él está dedicada precisamente la glorieta.

A partir de ahora, a Carlos Llamas se le situará muy cerca del que será nuevo estadio del Atleti, en la confluencia con la calle dedicada al sabio de Hortaleza. Aunque merecedores de un respeto muy desigual (Carlos fue sin resquicio alguno un gran tipo), ¡menudo par!

El ayuntamiento decidió inaugurar la glorieta fuera de la temporada del consistorio, una vez concluida la campaña electoral, dos años y medio después de que la dedicatoria fuera aprobada por el pleno municipal. ¡Qué celeridad! ¡Qué buen momento!

La representación del Ayuntamiento la ostentó el delegado de Bellas Artes. Entre los asistentes se encontraba Ángel Gabilondo (tal vez, próximo presidente de la Comunidad de Madrid o casi).

Carlos se habría alegrado de que no estuviera la alcaldesa en funciones. Seguro. Y es muy probable que le hubiera importado un pepino la glorieta, incluso que, de haberla inaugurado en vida, se habría ausentado. O se le habría olvidado acudir al evento.

 

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