Amnistía para ahorrar

Toma, amnistía fiscal.

O el Gobierno reconoce con ello la impotencia del Estado contra los delincuentes adinerados o ha decidido protegerlos. No sé qué es peor.

¿Por qué no se produce una amnistía, como mínimo, de todos aquellos ladrones que atestan las cárceles y que robaron menos? El Gobierno se ahorraría la comida y el alojamiento, y con la necesidad de recortes… todos contentos. Y sobre todo, un Estado más justo e igualitario.

Quién sabe. Lo mismo la amnistía afecta a Camps, a Matas, a los Gurtel, a Bárcenas y, por supuesto, a algún ministro.

¿No lo había pensado? No lo descarte.

Sin embargo, que nadie pierda los nervios. No habrá exoneración para los tipos renegríos y morenos, desarrapados, pobres de solemnidad e incluso de mierda, que después de rebuscar en los contenedores un mendrugo que alguien ya se había llevado le mangaron la cartera a un preboste a la puerta de un prostíbulo; de lujo y misa dominical, por supuesto.

 

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