Usted está en el paro, ya no recibe el seguro de desempleo, tiene una familia a la que defender y se le ocurre organizar una sala de juegos en su cuarto de estar, pensando que con un porcentaje del dinero que se mueva sobre el tapete sus hijos podrán comer…
Usted ya sabe que eso es ilegal, pero se puede resolver; sobre todo, si vive en la Comunidad de Madrid.
El Gobierno de esta región está dispuesto a legalizar el chiringuito, a no castigar las faltas graves previstas en la ley que pueda cometer, a reducir los impuestos del 45% al 10% y, si insiste, al 1%; a permitir que se fume y, de surgirle alguna otra necesidad, basta con que lo diga.
Por ejemplo, que quiere contratar empleados, recibirá dinero; que no quiere pagar impuestos, se cancelará cualquiera que sea de aplicación a su caso; que quiere abrir o cerrar el chiringuito a su antojo, haga lo que le plazca.
Por si acaso, porque a veces hay jugadores listillos a los que les sale una noche afortunada y la quieren aprovechar, tranquilidad: usted podrá expulsarlos del salón, cambiar los bombos por otros amañados e incluso negarse a pagar lo que hayan ganado.
En estas condiciones, ¿monta usted el casino en su cuarto de estar o sigue buscando empleo, confiando en los abuelos pensionistas o en las últimas palabras de esperanza que le dio, para animarle, un amigo de la familia que tiene la intención de montar un negocio cuando escampe?
Móntelo. Sólo es cuestión de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid haga con usted lo mismo que está dispuesto a hacer con Eurovegas. Malo será que no tenga la misma capacidad de convicción que Sheldon Adelson.
– Ah, ¿que no tiene dinero? Eso tiene peor arreglo. Esta vida no está hecha para usted. Compréndalo.
