so es lo que ha hecho el líder del PP con Francisco Camps, otra vez candidato a la Generalitat valenciana, pese la desnudez en que le ha dejado el proceso abierto contra él. No sólo por los trajes que le han venido cubriendo sus impudicias con las prestancia que requiere un presidente autonómico, sino por el coste económico que han tenido para los ciudadanos las prebendas ofrecidas a una trama de corrupción amparada por el aparato del partido.
Al final, pese a la demora y a las reticencias de la dirección popular de Madrid, Camps fue designado candidato. Y Rajoy se lo explicó a contrapelo.
– Bueno, ya hemos cumplido, ¿no?
O sea, «ya hemos hecho lo que debíamos o lo que estábamos obligados a hacer», dice la RAE.
Lo que temíamos. Aunque sigamos sin saber por qué.
