
23.00 – 24.00
Ha concluido prácticamente el escrutinio.
Al 99% del escrutinio: CiU 50, ERC 21, PSC 20, PP 19, ICV 13, C’s 9, CUP 3.
Algunos matices CiU duplica al segundo partido en votos, el PSC (1.100.000 frente a 520.000).
Más allá de los resultados individuales de cada partido cabe concluir:
El panorama político en Cataluña se ha complicado, aunque las grandes tendencias se mantienen. La campaña ha llevado a una mayor radicalización por los extremos: en el nacionalista el fracaso de CiU se compensa con los buenos resultados de ERC y en el antinacionalista, con los de Ciutadans. En medio, el PSC pierde, otra vez, posiciones. ICV se queda en un terreno incierto en lo territorial y muy nítido en el social, en el que también estarán los debutantes de la CUP.
Los análisis iniciales se mantienen en términos generales. O en todo caso, se agravan: el barullo en el que alguien, el que convocó las elecciones, ha metido a la sociedad catalana se salda con su propio fracaso y con un lío aún mayor en el Parlament.
Quienes trataron de esconder la realidad social y económica no lo han conseguido. La prueba vuelve a ser el resultado de CiU.
El planteamiento plebiscitario de Mas le ha derrotado, aunque el poder nacionalista sea tan mayoritario como en el Parlamento anterior.
Los datos casi definitivos indican:
1. Bloque nacionalista: 86 escaños. Bloque intermedio: 20. Bloque antinacionalista: 28. De otra manera, a favor del referéndum, 106; en contra, 28.
En el Parlament anterior: 87, 28, 21. O 114 contra 21. Conclusión: sin novedad en el frente (nacional, por supuesto)
2. Bloque de derechas: 77; de izquierdas, 58. Antes, 87 contra 48. Aquí si hay una evolución; tal vez pequeña, tal y como están las cosas; pero el debate se centró en otros asuntos..
Esquerra azuzará el independentismo, pero frenará su política económica. ¿Cómo se hace eso? ¿Lo explicará Artur Mas?
Los candidatos salen a escena
Mas le reciben sus fieles con la petición de independencia. No está contento. Destaca la participación tan alta, el recurso de los perdedores. No se arrepiente de haber dado la voz a la gente a la ciudadanía; es decir, de la convocatoria de elecciones (el coro que le rodea aprieta los labios). «Hemos quedado lejos de la mayoría que pretendíamos; es claro, lejos de la mayoría excepcional que requeríamos». Ahora, las excusas que no dio en campaña: la dura situación, los recortes, que no impiden un apoyo electoral importante; la propuesta sobre el derecho a decidir era una novedad y modificó la propuesta electoral de CiU, y en eso también explica los apoyos recibidos. Conclusión: «no hay gobierno alternativo que no pase por CiU», pero «no podemos hacernos responsables únicos de la gobernabilidad del país». «La sociedad ha planteado que no vayamos solos tanto en la acción frente a la crisis. Si otros miran para otro lado, el país se puede hacer ingobernable». Conclusión: «la situación no queda fácil, pero saldremos adelante».
Queda claro. Minimiza el fracaso propio y el fiasco social al que ha llevado a la sociedad catalana.
Albert Rivera (Ciutadans) es uno de los que puede presumir de resultados: de 3 a 9 escaños. 267.000 votos por el momento.
Joan Herrera (ICV) habla de «los mejores resultados que ha tenido nunca la coalición», más de 360.000 personas. Dice que «las personas de izquierda tienen una mejor posición para construir lo que deseamos». Un discurso claro de izquierdas, con alusiones marginales al derecho a decidir. «La derrota de Convergencia es la derrota de sus objetivos políticos». ICV parece comprender que su electorado y la izquierda en general están más interesadas en la situación económica y social que en el derecho a decidir, aunque «también estaremos ahí, como hemos estado siempre».
Pere Navarro (PSC) también elogia la participación (el truco de los perdedores, como hizo Mas). «En el momento más difícil para el PSC, hemos sacado un resultado que no es el que queríamos». Era un momento muy complicado y los resultados han sido mejores que los previstos por las encuestas. Dice que hay que seguir trabajando.
Alicia Sánchez Camacho acusa a Mas de haberse equivocado y de haber fracasado. Reclama que abandone su posición separatista. Su intervención se centra en Mas y le acusa de haberse convertido en el mejor candidato de Esquerra Republicana de Catalunya. Luego afirma que el resultado del PP es histórico», «el mejor que ha tenido el PP en Cataluña en toda la historia». Sigue elogiando en compromiso de Rajoy con todas las circunscripciones de Cataluña y habla de lo conseguido como si el PP hubiera ganado las elecciones, porque asegura el fracaso de quienes querían dividir España. ¿Se habrá enterado del resultado de las elecciones?
22.00 – 23.00
Al 75% del escrutinio: CiU 48, PSC 22, ERC 20, PP 20, ICV 13, C’s 9, CUP 3.
El debate de TVE se anima. Era fácil. La tertulia olvida la banalidad y el aburrimiento. Tampoco interesa en exceso.
El fiasco de Ypsos, la empresa que realizó la encuesta electoral, parece evidente. Las previsiones de las encuestas en el periodo de campaña también tuvieron errores notables. O la sociedad catalana se esconde o sus escrutadores no saben cómo interpretarla.
21.00 – 22.00
Empieza el escrutinio. Los resultados resultan todavía irrelevantes.
Se mantiene la impresión de que alguien, el que convocó las elecciones, ha metido a Cataluña en un lío más propenso a la frustración que a una nueva solución. Quizás lo único indiscutible sea algo que ya lo era: la representación de la sociedad catalana es muy favorable para la convocatoria de un referéndum sobre la independencia, pero no parece tan claro que esté a favor de esa misma independencia. O sea, un lío, y gordo. Y no puede ser de otra manera cuando CiU se contradice en estos asuntos, cuando el partido mayoritario encuentra los apoyos nacionalistas en sus críticos más acérrimos en la política económica y social. ¿En qué pueden ponerse de acuerdo? ¿Volverán, entonces, a refugiarse en los intereses partidistas?
Al 25% del escrutinio: CiU 47, PSC 24, ERC 21, PP 19, ICV 13, C’s 9, CUP 2.
Habla en la SER Joan Rigoll, hasta ahora presidente del Parlament catalán. Efectúa un análisis, lúcido. El resultado, dice, no avala en este momento de Cataluña, como se pretendía, un liderazgo nítido, sino que pone en valor la transversalidad, la necesidad de entender las tendencias internas que recorren cada uno de los partidos y alcanzar compromisos. La mayoría nacionalista es clara, con lo que implica de la voluntad de reafirmar su identidad nacional y el camino hacia el referéndum no admite duda. Por el momento, el 80% de los votantes ha elegido partidos favorables al referéndum en torno al Estado propio.
Al 50% del escrutinio: CiU 48, PSC 22, PP 20, ERC 20, ICV 13, C’s 9, CUP 3.
No caben comentarios. Estos datos no son más que una curiosidad.
El programa electoral de TVE da grima o lástima. Sin capacidad para nada. Ni información ni análisis ni opiniones de partidos, analistas o ciudadanos. Una birria. No basta con retirar a la presentadora del Telediario2. Hace falta dirección, periodistas.
20.00 – 21.00
Se cierran los colegios electorales.
La participación parece acorde con lo que estaba en juego. Un dato incuestionable y significativo. Excelente (o casi, porque siempre puede ser mejor).
La encuesta oficial anuncia: CiU 62-65 escaños, ERC 20-22, PSC 16-17, PP 16-18, ICV 10-12, Ciutadans 6-7, CUP 5-6.
Dos conclusiones iniciales: una clara mayoría nacionalista, con 89 escaños asegurados[1] (CiU, ERC, IU, CUP), frente a 22 contrarios (PP y Ciutadans) y 16 (PSC) en la posición intermedia; y una mayoría de derecha, con 80 escaños asegurados (CiU, PP, Ciutadans) frente a 51 de la izquierda (ERC, PSC, IU, CUP).
Y una conclusión derivada: el Parlamento catalán tiene los votos suficientes para reclamar el referéndum. Pero CiU tendrá difícil la gestión del proceso ante ERC y las CUP exultantes.
En el otro ámbito, el de la política económica, todo igual. En la campaña este asunto pasó desapercibido, como si se tratara de algo irrelevante. Y los votos dan un valor próximo a nada.
Ganan nacionalismo y derecha. Pero sin bloques claros, sin conclusiones nítidas, sin certezas. Porque en el bando nacionalista ni siquiera CiU mantiene una posición única en su seno y entre ERC e ICV existen notorias diferencias. Y en el social resulta difícil aceptar, a estas horas, la suma de votos de CiU y el PP o del PSC y CUP.
O sea, alguien montó un gran lío para demasiado poco. Estos pronósticos sólo aseguran eso, el barullo. Y quizás, a partir de eso, muchos mitos se irán hundiendo. Más allá de los buenos resultados relativos de ERC (y si se quiere Ciutadans y la CUP) hoy, tal vez, con los datos conocidos, haya muy poco seguro: salvo que la mayoría pierde, ya sea por lo que respecta al modelo social o al territorial.
Lo más sorprendente tal vez sean los resultados que se anuncian de la CUP, un movimiento asociativo, asambleario, nacionalista y de izquierdas (eso dicen), con fuertes nexos con propuestas ciudadanas, vecinales, con el 15M y otros similares. Sin duda alguna, habrá que estar atentos a su actuación.
Con estos datos, una de las militantes con más peso del PSC, Montserrat Tura, ya pide la dimisión de la dirección de los socialistas. Ella fue candidata a encabezar la lista electoral del partido y perdió. Su prisa para estar en directo parece, como poco, poco edificante y menos elegante.
A los analistas oficiales sólo les importa si tal partido sube o baja, quién gana, quién pierde… Les interesa menos qué refleja acerca de la sociedad catalana, de su futuro, de sus grandes expectativas o ilusiones.
