
Parecía que la crisis y la indignación proponía un giro a la izquierda. Las últimas encuestas lo ponen en evidencia.
Solo la corrupción que anega al PP pone en riesgo a los gobiernos de la derecha pura y neta. Porque Ciudadanos perdería buena parte de su creciente credibilidad.
Sin embargo, la hegemonía ideológica de la derecha no cederá.
Para eso sí sirve la experiencia británica, los mensajes de Blair a su partido, la reivindicación del centro como objetivo.
En ello está Podemos y de ahí no se ha ido el PSOE.
Así está el panorama visto desde fuera, desde los planteamientos ideológicos y los intereses ciudadanos.
Si se observa desde el circo político y electoral, con su pléyade de funambulistas, saltimbanquis, payasos, malabaristas, domadores o fieras, el problema es otro: ¿caben acuerdos en esta tropa?
¿Se puede mantener que la política podrá ejercerse desde la negociación con la sociedad y el acuerdo entre sus representantes?
¡Qué paradoja! Estamos en un año repleto de elecciones. Las necesitamos. ¿Las queremos?
