
El portal de la trasparencia ha confirmado algo que cabía suponer. ¿A qué, si no, tanto fraude, tanta caja B, tanto sobresueldo, tanto robo? Muy sencillo, a la necesidad: el PP es caro, muy caro.
Por eso tiene que recibir del Estado el mismo dinero que todos los demás partidos juntos o por eso sus fundaciones deben recaudar diez veces más que las de PSOE. Hay más razones: la imagen de Ignacio González sale por un pico y la de Lucía Figar, no digamos, porque debe pagar por ella misma y por su consejería.
¡No hay quien viva con tantas obligaciones! ¡Cualquier otro más flojo ya habría dimitido, o abdicado!
