Hasta cierto punto

«La ignorancia de la sangre». Manuel Gómez Pereira, 2014

 Seis años después de su último largometraje de ficción para el cine, El juego del ahorcado (2008), y tras una intensa dedicación a las series de televisión, Manuel Gómez Pereira vuelve a la pantalla grande con la adaptación de una novela policiaca. Lejos quedan las comedias que le dieron fama, como Salsa rosa (1992), ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? (1993) Boca a boca (1995) o El amor perjudica seriamente la salud (1996), entre otras.

Ahora, el cineasta madrileño se decanta de nuevo por el género de acción, aceptando el encargo de llevar al cine una de las novelas del escritor Robert Wilson protagonizadas por el joven inspector de policía de Sevilla Javier Falcón, especializado en homicidios. Y empieza haciéndolo con notable pericia, confiriendo a sus imágenes un aroma a cine negro clásico, con un detective enfrentado a una oscura trama de organizaciones violentas, en la que se mezclan las mafias rusas dedicadas al negocio de la prostitución y el tráfico de drogas, enfrentadas a su vez entre sí, con las del islamismo radical en sus diversas variantes, que hacen del sur de España y el norte de Marruecos los paraísos del crimen organizado. Al tiempo que la relación sentimental del inspector Falcón con la hermosa empresaria Consuelo Jiménez, propietaria de un lujoso restaurante sevillano, se ve afectada por el secuestro del hijo de ésta, lo que obliga al primero a delimitar con precisión sus intervenciones estrictamente profesionales de las que le dicta su posición personal en el conflicto. Todo ello servido por una cámara eficaz, un montaje ágil y unas interpretaciones sobresalientes por parte de Juan Diego Botto, Paz Vega y Alberto San Juan en el papel del hispano-marroquí Yacub, al frente de un elenco de personajes secundarios mucho menos definidos en cuanto a la función que desempeñan en el conjunto.

También es cierto que el guion aprovecha sagazmente elementos actuales de los que no disponía el género en su edad de oro, como el uso intensivo de los teléfonos móviles para interconectar escenas y figuras, la absoluta explicitud de los momentos de violencia sangrienta y otros detalles contemporáneos, con los que el filme parece funcionar aceptablemente… hasta cierto punto. Porque llega un momento en que el eterno afán del cine español por imitar las grandes escenas de acción características del cine estadounidense desemboca aquí en una abrupta orgía de disparos y asesinatos chapuceramente realizados y mal justificados por el desarrollo del argumento.

Pero es que, además, éste se complica tanto y tan artificiosamente, que el guion tiene que recurrir al manido y penoso procedimiento de explicar algunos extremos mediante una carta que un personaje dirige a otro, pero que en realidad cumple la misión de orientar al espectador en una madeja que se ha vuelto caprichosamente inextricable. Si a eso añadimos una escena de sexo claramente situada fuera de lugar en el momento de la acción en que se inserta, una broma final de mal gusto por lo improcedente y otros pasajes que emborronan sin remedio lo que inicialmente se había planteado con nítida fluidez, tendremos que convenir en que Gómez Pereira ha fracasado en su vuelta al cine de acción, con una obra de título tan confuso como pretencioso. Y no sería extraño que algo de responsabilidad correspondiera a Gerardo Herrero, uno de los productores más sinuosos del panorama cinematográfico español, además de autoproductor de obras dirigidas por él mismo y reiteradamente fallidas, desde Al acecho (1988) hasta la prácticamente inédita Crimen con vista al mar (2013), pasando por adaptaciones sin talento como las de Malena es un nombre de tango (1996), Territorio comanche (1997) o El misterio Galíndez (2003), y así hasta diecisiete largometrajes, en su inmensa mayoría irrelevantes, cuando no estrepitosamente equivocados.

 

 

 

FICHA TÉCNICA

Dirección: Manuel Gómez Pereira. Guion: Nicolás Saad, sobre la novela de Robert Wilson. Fotografía: Aitor Mantxola, en color. Montaje: José Salcedo. Música: Federico Jusid. Intérpretes: Juan Diego Botto (Javier Falcón), Paz Vega (Consuelo), Alberto San Juan (Yacub), Cuca Escribano (Cristina Ferrera), Pilar Mayo (Rita), Ken Appledorn (periodista), Dacio Caballero (secuestrador), Kiko Castro (agente del CNI). Producción: Tornasol Films, Hernández y Fernández P.C., Maestranza Films (España, 2014). Duración: 109 minutos.

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