Indicios del nuevo tiempo municipal

Los nuevos ayuntamientos se ponen en marcha. Es hora de atender las sugerencias, los compromisos e incluso los gestos que pueden definir lo que se anuncia como una nueva era o nueva política.

¿El éxito de una acción política basada en el compromiso y la dedicación? Un candidato, al menos, el alcalde de Zamora.

¿Signos contradictorios de coherencia e incoherencia? Se representan en Asturias, donde la rivalidad entre Oviedo y Gijón deja en muy buen lugar a Podemos en la capital y en una posición desairada a la misma formación en Gijón y al PSOE ovetense.

¿La propuesta más relevante de los nuevos tiempos? Una bien interesante se ha planteado en Madrid, donde Manuel Carmena ha anunciado plenos monográficos para, en el fondo, definir entre todo el consistorio el modelo de ciudad que se pretende. ¿Será verdad? ¿Sabrán aceptar el reto?

Otra de carácter simbólico, y algo más: las mareas gallegas y su voluntad de desligar la representación ciudadana de los ámbitos religiosos.

¿Polémicas? Barcelona se basa en los modos propios de la oposición para ejercer el poder municipal.

¿Confusión? Se exhiben con entusiasmo disquisiciones irrelevantes: para unos, el bastón de alcalde es un símbolo del empoderamiento popular; para otros, un objeto a arrinconar en el baúl de la secretaría general.

¿Dudas en el aire? Las que se refieren a los programas, a su viabilidad, al atosigamiento que van a sufrir los ayuntamientos desde el ministerio de Hacienda, a la capacitación de los equipos…

Y tema escabroso. ¿La alianza entre fuerzas de izquierda y fuerzas nacionalistas servirá para potenciar los ayuntamientos o para disgregar la atención ciudadana y esconder intereses esquiroles? ¿Será eso, y no otras cuestiones, lo que avala a este periodo como segunda transición? Huele a ello: en Cataluña, en Euskadi, en La Comunidad Valenciana, en Galicia… Y en otras identidades igualmente confusas: las de algunos pueblos, villas o ciudades dispuestas a reivindicar su identidad contra cualquier otra.

 

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