Nipones

La catástrofe nuclear ha puesto ante los ojos del mundo la civilidad de los japoneses, su serenidad frente al pánico, su respeto en el desconcierto, su estoicismo ante el sobresalto, su sentido colectivo contra el sálvese quien pueda. Admirable.

La catástrofe nuclear ha puesto ante los ojos del mundo la resignación de los japoneses, regida por una concepción religiosa, conforme con un poder corrupto, indiferente ante la mentira, hipócrita.

Mejor creer en lo primero. Bastante les ha caído para, ahora, convertirlos en culpables. Merecen la solidaridad, sin necesidad de engaños; menos aún, de mentiras.

 

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