
El joven Mustafá terminó sus estudios de ingeniería en la Universidad de Lovaina con una nota media de 92 sobre 100. Un excelente alumno. Por eso creyó que su esfuerzo en la carrera le permitiría encontrar trabajo. Envió su currículo a una empresa que reclamaba titulados universitarios como él. Nadie le respondió. Volvió a enviar su
historial, el mismo, pero sin fírmalo como Mustafá sino con un nombre falso, belga. Le reclamaron de inmediato para una entrevista.
La historia la relata Bichara Khader, palestino, profesor emérito de la Universidad de Lovaina, fundador del Centro de Estudios e Investigaciones sobre el Mundo Árabe Contemporáneo. Un hombre pausado, reflexivo, autor de una treintena de libros, el último titulado La búsqueda de Europa. Visiones de contraste. De todo ello habló con Javier del Pino y José Martí Gómez en A vivir que son dos días. Una entrevista formidable.
Allí quedó dicho: “El problema no es la falta de integración de los jóvenes árabes en la sociedad europea sino la ausencia de ausencia de reconocimiento”. Explica la realidad y el riesgo de muchos jóvenes árabes. Y no solo árabes.
