
A Rafael Catalá le corre prisa pasar a la historia. Ha acumulado méritos a lo largo de su periodo como ministro de Justicia para figurar en los anales de la justicia española. En el apartado correspondiente a los disparates.
A la vista de que su cargo está en peligro, tras la convocatoria de una moción de censura que puede sacarle del ejecutivo, ha corrido a asegurar que la condena al PP en el caso Gürtel «no tiene nada que ver con la corrupción». ¿Con qué, pues?
¿Con el cambio climático, que tampoco existía?
