«Dos madres perfectas»- Anne Fontaine, 2013
Rodada en Australia por la franco-luxemburguesa Anne Fontaine, basándose en el primero de los relatos contenidos en el libro de la Premio Nobel británica Doris Lessing, Las abuelas (2003), y protagonizada por dos actrices tan interesantes como la británico-australiana Naomi Watts, también coproductora, y sobre todo la estadounidense Robin Wright, Dos madres (lo de ‘perfectas’ del título es un añadido quizá irónico o moralista de la distribución española) cuenta la historia de unas íntimas amigas desde la infancia, atractivas y ya maduras, que ceden de pronto cada una a los requerimientos sexuales del hijo de la otra. Lo del enamoramiento vendrá después, no sé sabe muy bien cómo ni por qué, ya que la película, demasiado púdica pese a su apariencia ‘atrevida’, no lo aclara, empeñada desde el principio en mostrar lo bien que viven todos, lo guapos que son, lo bonitas que son sus casas y el lugar paradisiaco en el que están situadas.
Es verdad que una de ellas, Lil (Naomi), es viuda; que la otra, Roz (Robin), está casada con un tipo desagradable, obsesionado con su carrera profesional, que se larga rápidamente a Sydney para ocupar una cátedra y casarse otra vez, y que los hijos en cuestión son dos zangolotinos dedicados a la natación y el surf, macizos y demasiado mayores para ser sus retoños pero sin muchas ideas en la cabeza, por más que uno de ellos quiera ser director de escena, y lo consiga, ligando en seguida con la primera actriz.
Semejante mezcla de situaciones insólitas –hay que reconocer que el cuadrilátero compuesto por los amores cruzados tiene su aquel– y tópicos de comedia sentimental a la francesa desemboca necesariamente en un conflicto múltiple, agravado por toda una serie de acciones y personajes secundarios, que entran y salen del relato sin más trascendencia. Un conflicto adobado por innumerables planos esteticistas de las playas de Seal Rocks, en Nueva Gales del Sur; por seguimientos, con la cámara a ras de agua, de cuerpos bronceados que nadan en sus aguas hasta descansar en una vieja plataforma flotante de madera que está a punto de convertirse en una protagonista más, y por constantes e insufribles primeros planos de rostros que aparentan pensar o padecer, como si de una película de Ingmar Bergman se tratase, cuando el espectador sabe ya muy bien que tienen pocas cosas en la cabeza y que lo que piensan y sienten es perfectamente previsible, una vez superada la forzada gratuidad de la sorpresa inicial.
Puede discutirse si en las páginas crepusculares de la ya desaparecida Doris Lessing esas figuras acartonadas tenían o no más entidad y sus encontrados sentimientos resultaban algo más creíbles y sugerentes. Pero la ya veterana realizadora Anne Fontaine, con una docena de largometrajes en su haber desde que debutó en 1993, entre ellos el conocido, aparatoso e inane Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel (2008), los ha vaciado de sustancia para ofrecer de ellos unos reflejos desvaídos y vistosos. Lástima del talento de Robin Wright, capaz de expresar con una mirada perdida o una simple calada a un cigarrillo mucho más de lo que la directora y su coguionista han sabido proporcionarle en esta ocasión.
FICHA TÉCNICA
Título original: «Adore / Two mothers». Dirección: Anne Fontaine. Guion: Christopher Hampton y Anne Fontaine, sobre la novela de Doris Lessing, «Las abuelas». Fotografía: Christophe Beaucarne, en color. Montaje: Luc Barnier y Ceinwen Berry. Música: Christopher Gordon. Intérpretes: Naomi Watts (Lil), Robin Wright (Roz), Xavier Samuel (Ian), James Frecheville (Tom), Ben Mendelsohn (Harold), Jessica Tovey (Mary), Sophie Lowe (Hannah), Gary Sweet (Saul). Producción: Gaumont, Screen Australia y Ciné@ (Francia y Australia, 2013). Duración: 110 minutos.
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