Un tropel de emociones e interrogantes

 

Ignacio-Guido / Hurban-Montoya Carlotto. Una historia abierta y muchas emociones cargadas de interrogantes: sobre lo que pasó, sobre lo que pasa, sobre los qués y los porqués, sobre el antes, el  ahora o el después, sobre la verdad y la mentira, sobre lo que no se sabe y lo que no sabremos, sobre casi todo. También sobre el protagonismo exclusivo de la abuela materna sobre la paterna, que también perdió a su nieto, aunque, hasta ahora, sin saberlo.

Otros 113 nietos recuperados pasaron aquí casi desapercibidos. A éste le recibió la presidenta de la República, a la que, pese a todo, las víctimas de la dictadura argentina respetan y él se ofreció sonriente ante los medios. Otros 400 nietos de padres asesinados siguen ajenos a una identidad que desconocen o prefieren desconocer.

El derecho a la memoria y el derecho a la desmemoria, al juicio y al respeto, a rehacer la vida o a mantener el nombre y apellido falsos, a volver a vivir o a seguir vivo, a abrazar a todas las abuelas que encontraron en el camino.

Esperanza no tuvo esa oportunidad con sus propios hijos. Se los robaron para siempre. A uno y a su marido pudo enterrarlos pese a las amenazas de los asesinos. Al otro, al pequeño, lo desaparecieron para siempre.

Para mí cualquier reflexión sobre la dictadura argentina, desde hace muchos años, pasa por el tamiz de su experiencia. En estos días resulta imposible olvidarla.

Para recordar a Esperanza se ofrecen estos enlaces: uno genérico, otro sobre la mujer, otro sobre el libro, otro con reseñas de la publicación.

 

 

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