
La Fábrica del Gran Pacto mantiene su presión sin tregua sobre los advenedizos de Podemos. Sin embargo, el Gran Pacto es asunto delicado, tan frágil que basta mentarlo para que los terceros en discordia suban sus expectativas y se deteriore la de sus interfectos; al menos, la de uno de ellos. El PP lo ha insinuado y al PSOE le entraron temblores que se lanzó a negarlo; Podemos, IU y hasta UPD, por el contrario, observan los dimes y diretes con agrado.
La premonición asusta, pero la Fábrica insiste en el subsuelo, tejiendo informaciones y comentarios para minar la confianza en otras soluciones alternativas. Los mensajes se dirigen así a los propios, a peperos y psocialistas, para irles convenciendo de su destino, con los incautos al margen. Solo cuando llegue el momento, y falta un año, podrán detectarse los efectos de esta labor de zapa.
Lunes 1. En la primera página se advierte de que «el PSOE cree que un tercio del voto de Podemos viene de sus filas» y en el interior da un paso más en el camino a seguir: «El PSOE tratará de situar a Podemos en la extrema izquierda». Alentar este tipo de descalificaciones tiene sentido: puede generar distancias insalvables para el momento en que haya que buscar compromisos e incluso acuerdos.
Más munición: la Fábrica señala que las iniciativas de Podemos tiene otros padres: «El Banco Ciudadano nació en Bruselas» y avisa de que las estratagemas electoralistas obligan a la población a estar alerta. Ese es el sentido de «El rápido viaje ideológico hasta la socialdemocracia», un aparente reportaje basado en testimonios de analistas críticos con Podemos como Ignacio Torreblanca y José Carlos Díez, que ya publicaron sus opiniones durante la semana anterior en el periódico.
Martes 2. El portada, un aviso a navegantes: «PSOE y Podemos abren una batalla por la hegemonía de la izquierda»; y en el interior, su desarrollo: «PSOE y Podemos evidencian su disputa por el liderazgo socialdemócrata». Luego, un editorial, «El centro de la izquierda», para despejar dudas sobre las intenciones (o los intereses) del periódico; se alude al PSOE, a Podemos y a IU, para recomendar al primero que vuelva a la razón; es decir, al argumento central de la Fábrica del Gran Pacto. Hay más artillería: un artículo de opinión (otro más, y todos en la misma dirección), fimado en esta ocasión por Santiago Carbó: «¿Modelo escandinavo?».
Miércoles 3. Ocupa La cuarta página un extenso e interesante artículo de Máriam Martínez Bascuñán, «Gestionar las expectativas». Sin embargo, el interés informativo se centra en el caso Errejón, terreno que supone el primer desliz de Podemos; curiosamente en ello incide el primer artículo condescendiente del periódico con la formación: «Crucificar a Errejón», firmado por Román Orozco. (Su columna apareció en la edición digital y, al día siguiente, en la de Andalucía, pero no en la nacional).
Jueves, 4. El diario afirma que «El PSOE se lanza a asentar su espacio ante la presión del PP y Podemos», pero el informe no se encuentra en la red. Y el caso Errejón centra la atención: «La Universidad de Málaga suspende de empleo y sueldo a Íñigo Errejón».
Viernes, 5. Primera: «La Universidad de Málaga suspende el contrato de Errejón”. Interior: “La Universidad de Málaga dice que algunos trabajos de Errejón son antiguos”. La política es dura. Os van a perseguir. Se lo dijo Iñaki Gabilondo a Pablo Iglesias en una entrevista inversa (de este a aquel y, por tanto, contraria al canon) en La Tuerka.
Sábado, 6. “La creación de una estructura en Madrid divide a Podemos”, “La Universidad de Málaga pide verificar la autenticidad de los trabajos de Errejón”. Luego, un comentario sabio y hondo del filósofo del futuro Juan Carlos Rodríguez Ibarra: “Mejor Probemos que Podemos”. ¡Cuánta sagacidad! –Rodríguez Ibarra no va más. Y para culminar, un anuncio en la edición digital de lo que el domingo estará en papel: “Venezuela señala a España como trampolín de difusión del chavismo”
Domingo, 7. La portada anuncia “Podemos pierde impulso tras la exposición de sus líderes y sus planes” y la primera página de la sección de España amplía: “La exposición y el escrutinio público frenan el ascenso de Podemos” y “La mayoría cree que oculta su radicalidad”. Y tras lo que parece una información aséptica derivada de una encuesta sobre las expectativas de voto, un ataque de profundidad: “Venezuela cree que España puede ser la atalaya de difusión del chavismo en Europa”.
Venía de ayer, pero se parecerá a lo que vendrá mañana. O ese cabe suponer. Y hasta aquí lo que ha dado de sí la semana desde la perspectiva de la Fábrica del Gran Pacto: mucho trabajo en la factoría, a triple turno. El futuro plantea demasiadas dudas acerca de su futuro (el de la fábrica).
