
La caravana que recorre Centroamérica y México camino de Estados Unidos muestra el éxodo más terrible de una humanidad a todas luces inhumana. Este trayecto solo se puede recorrer con lágrimas. Solo cabe mirarlo con una insoportable sensación de rebeldía e impotencia. La muerte no es el peor castigo de esa ruta.
(Léanse los reportajes publicados por El País en los últimos días o las fotos)
