Es igual, tres o cuatro o los que vengan. No hay responsables.
Otra persona se ha suicidado ante su incapacidad de hacer frente a la hipoteca. Debía 4.200 euros. La vida se le había hecho muy dura en el último año. Rebosó el vaso. Se llamaba Manuel.
Nadie será acusado de esta muerte. Nadie se sentará ante un juez. Nadie irá a prisión por ella.
Demasiado grave este problema para abusar de la demagogia.
¿Solo cabe decir ¡Que le vamos a hacer!?
Hay muchas cosas que se pueden hacer, pero no se han querido hacer. Por eso tiene que haber responsables. Y por eso, los ciudadanos tenemos que señalarlos y denunciarlos.
Por ejemplo: el gobierno que se pliega ante la banca y ante Europa, que en algunos casos son lo mismo; los partidos políticos que hablan mucho sin proponer una alternativa legal (aunque esté abocada al fracaso por la voluntad de la mayoría), porque serviría para señalar a los boicoteadores; los que cuando llega la hora de protestar ponemos en duda la eficacia de la queja.
¿Alguien está seguro de que, si le llegara el caso, no podría tomar la misma decisión que este vecino de Santesteban?
