La sombra del genio

«La mujer invisible». Ralph Fiennes, 2013

La mujer invisible es el segundo largometraje dirigido por el actor británico Ralph Fiennes, que debutó con la adaptación del drama de Shakespeare Coriolanus (2011) y se reserva también ahora el papel protagonista. Está basado asimismo en un texto previo, aunque en este caso más reciente, de 1990, cuya autora es Claire Tomalin, especialista en biografías de personajes famosos, como Mary Wollstonecraft, Katherine Mansfield o Jane Austen. Ahora le ha tocado el turno a Charles Dickens –sobre quien la escritora volvería en 2011 con «Charles Dickens. A Life»–, o más exactamente a la que fuera su amante en los últimos años de su vida: Nelly Terman.

Con los datos y situaciones proporcionados por la escritora y convertidos en guion por Abi Morgan, autora de numerosos textos para televisión, así como el del largometraje La dama de hierro (The Iron Lady, 2001), en torno a la figura de Margaret Thatcher–, Ralph Fiennes compone una aparatosa reconstrucción de época, cuidadosamente ambientada, vestida e interpretada, pero que no responde a los criterios habituales de ese género llamado biopic. No hay aquí exaltación del personaje central, ni canto elegíaco en honor de una figura conocida. Charles Dickens, de cuya vida privada no se sabía demasiado hasta ahora, es en la película alguien distante y engreído, egocéntrico hasta la exasperación y pagado de sí mismo en función de su extraordinaria popularidad. En suma, un personaje antipático, con el que no es posible identificarse en ningún momento. Menos aún cuando se observa que, a pesar de las laboriosas interpretaciones del propio Fiennes y de Felicity Jones, no parece establecerse entre ellos la sintonía que sus personajes requerían.

Pero el mayor problema es que, a la vista del título, de los antecedentes de la autora del libro original y de la guionista, el centro de atención del filme no debería ser Dickens sino Nelly Terman, la jovencísima actriz a la que el escritor ya maduro –casado con la obesa y apacible Catherine, que le había dado diez hijos– sedujo y mantuvo en la más absoluta clandestinidad, porque, dada la moral victoriana imperante en la Inglaterra de la época, las informaciones sobre el adulterio y esa doble vida habrían podido arruinar su carrera.

Ocurre, sin embargo, que Ralph Fiennes nos muestra de La mujer invisible poco más que su rostro, no demasiado expresivo, en distintos momentos de su vida. Quizá por haber cedido a la tentación de interpretar él mismo a Dickens, el actor-Fiennes acaba devorando al director-Fiennes, a cuantos lo rodean y a la película misma. Una cinta innecesariamente alargada por momentos muertos que pretenden ser comunicativos sin conseguirlo siempre, estructurada a base de saltos en el tiempo que oscurecen la narración y obstaculizan la idea –fundamental– de cómo rehízo su vida Nelly Terman después de vivir a la sombra del genio, y salpicada por efectos visuales y sonoros demasiados toscos para un relato que se quiere sutil, sensible y atento a los menores detalles. Tan atento, que los planos cercanísimos de rostros, manos y objetos corren el riesgo de agobiar al espectador, haciéndole perder la idea del contexto e impidiéndole cualquier intento de comunicación emocional con una historia que prometía ser apasionante: el drama de dos mujeres sucesivamente anuladas por la egolatría de un autor admirable por su obra pero mucho menos por sus actitudes, y la distinta forma en que cada una de ellas responde a esa esclavitud: Catherine con el silencio, las lágrimas tanto tiempo contenidas y una dolorosa autonegación, y Nelly mediante la superación de sus traumas, el ejercicio de la profesión de maestra, vinculada al teatro del mismo modo que al principio lo estuvo como actriz, y el matrimonio con un hombre que parece comprenderla.

De todas formas, aunque lo sustancial del relato hubiera funcionado adecuadamente, como funcionan algunas escenas aisladas y bien resueltas, a La mujer invisible le sobran personajes secundarios y situaciones anecdóticas que pueden dar empaque y aires de grandiosidad al conjunto, pero facilitan muy poco su comprensión y su disfrute.

FICHA TÉCNICA

Título original: «The Invisible Woman». Dirección: Ralph Fiennes. Guion: Abi Morgan, sobre el libro homónimo de Claire Tomalin. Fotografía: Rob Hardy, en color. Montaje: Nicholas Gaster. Música: Chris Ilan Eshkeri. Intérpretes: Ralph Fiennes (Charles Dickens), Felicity Jones (Nelly Ternan), Kristin Scott-Thomas (señora Ternan), Tom Hollander (Wilkie Collins), Joanna Scanlan (Catherine Dickens), Perdita Weeks (Maria Ternan), Amanda Hale (Fanny Ternan), Tom Burke (George Wharton). Producción: BBC Films, Headline Pictures, Magnolia Mae Films y Taeoo Entertainment (Reino Unido, 2013). Duración: 111 minutos.

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