«El hombre más buscado». Anton Corbijn, 2014
La literatura del británico John le Carré ha sido una fuente de inspiración inagotable para el cine y la televisión. Desde aquella primera adaptación de El espía que surgió del frío (The Spy Who Came in from de Cold), dirigida por Martin Ritt en 1965, pasando por títulos tan conocidos como La chica del tambor (The Little Drummer Girl, George Roy Hill, 1984), La casa Rusia (The Russia House, Fred Schepisi, 1990), El sastre de Panamá (The Taylor of Panama, John Boorman, 2001), El jardinero fiel (The Constant Gardener, Fernando Meirelles, 2005) o El topo (Tinker Taylor Soldier Spy, Tomas Alfredson, 2011) y un sinfín de versiones para la pequeña pantalla, hasta llegar a El hombre más buscado, dirigida por el holandés Anton Corbijn, procedente del mundo del vídeo documental y musical y que hasta ahora había realizado para el cine Control (2007) y El americano (The American, 2010).
Desaparecido el muro de Berlín y caídas las Torres Gemelas, Le Carré sitúa la acción de su novela, inspirada al parecer en un personaje real, en Hamburgo, donde se gestó el atentado que dio en tierra con el símbolo máximo del imperialismo estadounidense y que se ha convertido hoy en un hervidero de espías de distintas nacionalidades, y de eso que se ha dado en llamar «servicios de inteligencia» y no precisamente por el coeficiente intelectual de sus responsables. A la ciudad alemana llega de manera oscura Issa Karpov, un joven de origen checheno y padre ruso, que ha sido torturado y pretende localizar la fortuna amasada de forma irregular por su progenitor. Su presencia dispara las alarmas de los distintos organismos encargados de velar por la «seguridad», y en particular las de un grupo especial de espías alemanes que trabaja al margen de las normas convencionales. Está dirigido por Günther Bachmann, un tipo voluminoso, de aspecto bonachón, bebedor y fumador empedernido –Philip Seymour Hoffman, en su última interpretación completa para el cine–, que intenta actuar de forma «pacífica» aunque sometido siempre a las decisiones que adopten los demás servicios y la policía, en connivencia con –o más exactamente, subordinados a– el espionaje ruso y la omnipresente CIA, personificada aquí por una Robin Wright tan convincente como de costumbre.
Porque unos creen que el joven Karpov ha llegado a Hamburgo para donar el dinero de su padre –depositado en una entidad financiera regida por Willem Dafoe en el perfecto papel de un banquero turbio, y perdón por la redundancia– a determinadas instituciones solidarias, mientras que otros están convencidos de que pretende financiar el terrorismo yihadista. La densa trama de intereses, objetivos y presiones avanza con soltura narrativa, aunque no exenta de esos trucos elementales que suelen emplear los cineastas procedentes del mundo del videoclip y que consisten, por ejemplo, en saturar la banda sonora de ruidos y música estridente en las escenas de acción, rodadas con varias cámaras frenéticas y unidas por un montaje enloquecido.
Pero por encima de esas virtudes y defectos, El hombre más buscado tiene dos problemas que hacen sospechar de su supuesta neutralidad descriptiva o más aún, de su hipotética voluntad de crítica hacia unas relaciones internacionales envenenadas de raíz: encomienda el papel de defensora de Karpov a una joven abogada encantadora, vulnerable y altruista, cuyos principios quedarán tramposamente descalificados en el desenlace, y, por otra parte, hace del personaje de Seymour Hoffman una especie de «poli bueno», con el que el espectador puede tender a identificarse, de modo que al final se olvide de que, en este campo, todos actúan como alimañas fuera de cualquier control democrático, porque persiguen, aunque sea por distintos medios, un fin que han dictado quienes se empeñan en dominar el mundo: la seguridad (suya) ante todo, aunque sea a costa de la libertad de los demás.
FICHA TÉCNICA
Título original: «A Most Wanted Man». Dirección: Anton Corbijn. Guion: Andrew Bowell, sobre la novela de John le Carré. Fotografía: Benoît Delhomme, en color. Montaje: Clare Simpson. Música: Herbert Grönemeyer. Intérpretes: Philip Seymour Hoffman (Günther Bachmann), Grigory Dobrigin (Issa Karpov), Rachel McAdams (Annabel Richter), Robin Wright (Martha Sullivan), Willem Dafoe (Tommy Brue), Homayoun Erhsadi (Abdullah), Mehdi Dehbi (Jamal), Nina Hoss (Irna Frey), Daniel Brühl (Maximilian). Producción: Ink Factory, Potboiler Productions, Amusement Park Films (Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, 2014). Duración: 122 minutos.
