
Al señor R. le proponen que forme gobierno y renuncia.
Se lo vuelven a proponer y vuelve a renunciar.
Se lo proponen al señor S. y al señor R. le sienta mal.
El señor S. propone al señor R. conversar sobre la situación y éste responde que lo que él pretende, de verdad, es formar gobierno.
¿Se trata de la última versión televisada del perro del hortelano que ni come ni deja comer? Una versión, por supuesto, muy prosaica y alejada de la rima y el ingenio de Lope de Vega o Pilar Miró.
¿O es, tan solo, una estrategia para seguir más zombi que vivo o quizás para retrasar el acta de defunción?
Puede ser también que, como el senyor M., el señor R. sólo trate de proteger de barrotes o bar/ritas a tanto trincón afín y de escudarse a sí mismo, por lo que pueda pasar.
En eso estamos.
