«Antes del frío invierno». Philippe Claudel, 2013
La fijación de cierto cine francés con los problemas del matrimonio burgués, o de clase media alta, que se dice ahora, está llegando a límites preocupantes por su saturación. En la estela de Claude Chabrol, que por lo menos era un buen narrador y se supone que pretendía criticar con sus películas un determinado modelo de sociedad, ha surgido una serie de epígonos que sueltan sus supuestas reflexiones en argumentos simplistas sólo aparentemente complejos y llenos de situaciones vacías, alargadas hasta el hastío, y frases sentenciosas, pedantes o simplemente estúpidas.
Ahora le toca el turno al también novelista Philippe Claudel, guionista y realizador de este Antes del invierno –lo del frío es una redundancia producto de la imaginación de algún genio de la distribuidora española–, que hasta ahora había dirigido, que sepamos, las anodinas Hace mucho que te quiero (Il y a long temps que je t’aime, 2008) y Silencio de amor (Tous les soleils, 2011), recibidas, a tenor de los datos del Ministerio de Cultura, por menos de cien mil y cincuenta mil espectadores en salas, respectivamente.
En esta ocasión, Claudel nos habla de un neurocirujano ya mayor, Paul, que lleva más de treinta años casado, felizmente al parecer, con Lucie, una mujer dedicada a su casa, a su jardín –preferentemente bajo la lluvia–, a él y al único hijo de ambos, también emparejado, aunque con menos fortuna, por lo visto. De pronto, Paul empieza a sentirse acosado por Lou, una joven marroquí que le envía anónimamente ramos de rosas rojas a su casa y a la clínica donde trabaja, se presenta en ésta con el pretexto de consultar a Gérard –psiquiatra amigo de la pareja y eterno cortejador de Lucie– y hasta lo sigue por la calle, sin que se sepa por qué.
Esa improbable circunstancia hace que Paul se replantee su vida profesional y conyugal, desatienda a Lucie, abandone temporalmente el trabajo y empiece a hacer cosas raras mientras, ofendido al principio, subyugado después, a ratos se encara con Lou y a ratos la busca, cuando ella practica la prostitución y le cuenta historias poco creíbles sobre sus ascendientes marroquíes, pretendiendo haber sido paciente suya hace algún tiempo. Y la frase con que ella le explica que solo se prostituye «cuando tiene ganas de odiarse a sí misma» da una idea del nivel de fatuidad y cursilería que impregna la cinta.
Si el espectador ha llegado indemne hasta aquí, seguramente se preguntará por qué todo empezó en una comisaria, donde un policía invisible interrogaba al protagonista. Y de pronto, el misterio se desvela, no diremos cómo, pero sí que Antes del frío invierno adopta de pronto, porque sí, las formas del típico cine policiaco a la francesa, que antes se llama polar por sus pretensiones supuestamente artísticas pero que en general era bastante más digno que sus manifestaciones actuales, y nos ofrece del personaje de Lou la explicación más inexplicable que quepa imaginar, impregnada de psicologismo barato y de andar por casa.
Por el camino, un Daniel Auteuil más inexpresivo aún que de costumbre, que ya es decir, y una Kristin Scott Thomas –que había colaborado con Philippe Claudel en el primer largometraje de éste– tan descolorida como casi siempre, contribuyen a hacer indigesta esta divagación sobre la crisis masculina de la edad madura y los sufrimientos de las amas de casa que ven cómo sus maridos se escapan del hogar en busca de quimeras inaccesibles y en algunos casos hasta altamente peligrosas. Una especie de sermón cargante sobre las desdichas de las parejas de clase media alta, contado con el más irrelevante academicismo visual y con una música a todas luces excesiva, que a ratos incluye fragmentos de opera para mayor trascendencia.
FICHA TÉCNICA
Título original: «Avant l’hiver». Dirección y Guion: Philippe Claudel. Fotografía: Denis Lenoir, en color. Montaje: Elisa Aboulker. Música: André Dziezuk. Intérpretes: Daniel Auteuil (Paul), Kristin Scott Thomas (Lucie), Leïla Bekhti (Lou), Richard Berry (Gérard), Vicky Krieps (Caroline), Jérôme Varanfrain (Victor), Laure Killing (Mathilde), Anne Metzler (Zoé). Producción: Les Films du 24, Samsa Film, France 3 Cinéma (Francia y Luxemburgo, 2013). Duración: 103 minutos.
