La crisis de los escarabajos

Me ha costado entender “el concepto”: el quilombo que se ha preparado por el traslado de diecisiete escarabajos de lugar de residencia. Los animalitos vivían pacíficamente en el megapuerto de Granadilla, que se construye al sur de Tenerife, pero se los ha trasladado al paraje natural Montaña Roja para evitarles la aglomeración e incluso la movida.

El desplazamiento se ha efectuado con máximo celo: según las autoridades, se realizo “un proyecto de translocación muy completo” que atendía a “todas las sensibilidades”. A los ecologistas no les han satisfecho la decisión ni las garantías. Y en esas anda el juez, obligado a resolver un buen lío: el de los escarabajos transportados, según las perspectivas contrapuestas, a mejor vida o al mismísimo carajo.

Conocida la opinión de las autoridades autonómicas, convendría dilucidar si la ministra de Trabajo explica el fenómeno como una manifestación más de la movilidad exterior que involucra a la juventud española, tan viajera; si el caso se ajusta mejor a algún tipo de desahucios y requiere un escrache combinado, o si pertenece a la casuística de los estudiantes o investigadores privados de beca o Erasmus.

Ahí estamos.

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