
Casado reza para que la fiscalía condene a Ayuso, después de que él la declarara inocente.
¿Quién manda en el PP? ¿Acaso Alberto Casero? ¿Otro que tampoco distingue entre sí y no?
¿Mortadelo o Filemón? Otilio conserva aún otro cargo postinero.
Casado pierde por goleada el escrutinio de los medios. La derecha mediática es voluble y ahora, aunque con cara de neutralidad, sopla a favor de Vox.
Las encuestas avisan del auge de la barbarie, que se alimenta de todas las torpezas ajenas; las suyas no computan.
El pensamiento reaccionario cabalga desbocado para absorber al PP auténtico. En estas situaciones auténtico equivale a radical o, mejor aún, a extremo. Cuando suenan las herraduras al galope, tiemblan las instituciones democráticas.
¿Cómo se explica el aluvión de un partido que carece de propuestas para los asuntos importantes y solo repite mantras fraudulentos? Para hacérnoslo mirar.
