Morcilla

Hace unos días, Germán Cano, filósofo y traductor, buscaba referencias sobre la realidad política española en lo ocurrido durante la República de Weimar. En su artículo La política paralizada por el miedo recordaba que  Walter Benjamin calificaba la parálisis provocada por la crisis como “melancolía de izquierda” y explicaba que “si en esta situación de desmoronamiento de valores, la cólera experimentada tras el ‘engaño’ político se canalizó mejor por la demagogia derechista fue, entre otras razones, por la ineptitud de una izquierda que, aferrada a planteamientos economicistas, entregó al enemigo la pedagogía sobre el campo expresivo”.

Si esa actitud abrió las puertas al nazismo, mejor será pensar que “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. Confiemos en Heráclito, que aseguraba “Nada es lo mismo, nada permanece”, y no en Ángel González, que añadía “Menos la historia y la morcilla de mi tierra; las dos se hacen con sangre, se repiten”.

– Comamos, pues, morcilla.

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