
Aunque siempre fue un hombre mesurado, de un tiempo a esta parte se ha convertido en un intelectual imprescindible, de verdades tan sencillas como ignoradas. José Álvarez Junco es historiador, pero ejerce de pedagogo, de tutor de una sociedad que prefiere el griterío al raciocinio.
Ramón Lobo le entrevista en eldiario.es y merece la pena leerle con lápiz y papel a mano para repetir hasta cien veces algunas frases que vienen a ser las partículas elementales de una actitud verdaderamente cívica o ciudadana.
