Vuelven Moreno, Lobatón, Buruaga, Bertín, Cerezo, Frade… ¿ Un “¡Viva la caspa!”, un signo de la ideología (y el gusto) dominante o ambas cosas a la vez? ¿O más?
Desde que el PP rompió el pacto sobre el que se puso en marcha la Corporación RTVE, basado en la elección del presidente por la mayoría de 3/5 del Parlamento, la marcha atrás del antiguo ente ha sido progresiva. Solo la resistencia de una parte significativa de sus profesionales ha evitado el acelerón de una deriva diseñada desde entonces. En los últimos meses, al socaire de las elecciones encadenadas, el retroceso cabalga. El pretérito nos espera antes de doblar la esquina de las generales.
Durante los dos últimos años José Luis Moreno ha aparecido irregularmente en la programación de La1 con auténticos bodrios, tan reprobables desde el punto de vista del puro entretenimiento como del respeto a la mujer, al buen gusto y a la modernidad. Es el paradigma de una época anterior, porque incluye, además, visos de financiación extra de alguien o de algo. No hay otra forma de explicar su abusiva presencia en muchos momentos ni este regreso al pasado.
Por lo demás, beneficio para los amigos. Sin ambages, recovecos o metáforas. Fondos para los propios. Las consideraciones profesionales están ausentes. La manipulación como objetivo. Me dicen que en los pasillos de la radiotelevisión pública se palpa el mal rollo de una etapa definitiva, consecuencia lógica de tantas arbitrariedades.
