
Ganar como obsesión. Solo la victoria importa. A cualquier precio.
El triunfo propio y la derrota ajena determinan el valor y el mérito. La vara de medir del deporte (y de la vida misma) no admite otro sistema métrico.
El deporte ha dejado de ser un motivo para disfrutar. Y la vida pública ha renunciado a valores que primen el acuerdo, la solidaridad y hasta la misma convivencia.
Los poderosos eluden esas prioridades para ampliar su dominio y el control de la sociedad en su conjunto. Los débiles lo asumen resignados o confiados en que la casualidad sea su opción frente al dinero.
Esa es la vara de medir. La que imponen los fuertes y asumen los débiles confiando en la excepción que exige la regla.
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Quien esté interesado en las Variaciones sobre el mismo tema desarrolladas a lo largo de las últimas semanas en este Lagar aquí puede encontrarlas. No solo podrá elegir, sino también advertir de los diferentes matices, e inclusode algunas contradicciones, entre las diferentes y sucesivas opiniones. Por orden inversión de publicación: de la más reciente a la más lejana.
Vencer por convicción, no por conveniencia,
Investidura de sapos o culebras,
Incertidumbre y contradicción: actitudes razonables,
Nuevo gobierno: mucho más que perder o ganar,
¿El laberinto español… tiene salida?,
En la encrucijada no valen apaños,
El idioma que entiende y confunde,
Un paso adelante sin perder la vista atrás,
La derecha española dónde está.
