
- Necesitaremos mucha inmigración para mantener el nivel de ocupación.
Dicho así, sin más, en mitad de una conversación de bar, pudo parecer razonable.
Hasta que el ponente explicó su objetivo:
- Gestionar este proceso a través de un modelo de inmigración legal, regular, ordenada, y que seamos capaces de que vengan aquellas personas con aquellos perfiles que realmente hacen falta a nuestro mercado de trabajo en primera instancia.
Lo peor llegó después, al descubrir que quien hablaba era el mismísimo ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. ¿Es así como se entiende el derecho del emigrante a buscar una vida razonable y la responsabilidad del país receptor a acoger a quienes huyen de la pobreza y de la muerte?
